Panadería Malanda, la calidad de lo artesanal
El pan es un alimento básico que forma parte de la dieta tradicional europea y en las mesas palentinas acompaña a cualquier comida. Fuente de vitaminas y minerales, sustenta cenas, aperitivos y meriendas a lo largo y ancho de toda la provincia.
El esfuerzo y dedicación de tres generaciones palentinas han mantenido la Panadería Malanda a flote desde su fundación en 1925. La primera fábrica fue construida en Aguilar de Campoo por Don Ángel Malanda Barriuso, y fue su hijo quien la trasladó a Camesa de Valdivia, donde en 1957 se convirtió en sociedad limitada y donde actualmente se encuentra situada y dirigida por sus nietos.
Principalmente, sirve sus productos a las comarcas de Aguilar de Campoo y Pomar de Valdivia, así como hace repartos a domicilio y venta ambulante en pequeños pueblos de la zona. Distribuyen a hosteleros, bares y restaurantes, colegios, confiterías y tiendas. Además, tienen dos despachos en Aguilar de Campoo donde venden personalmente sus productos.
Se centran en conseguir el máximo sabor con la máxima calidad que ofrecer a sus clientes. Así, se dedican a la producción de pan, bollería, repostería y empanadas saladas. Por otro lado, también ofrecen magdalenas y croissants. Destaca el pan integral, de pasas, de maíz y pipas, de molde y de centeno.
En una época en la que se valoran los productos manufacturados, siempre reinan en las mesas los panes y bollos, por ello, se pone especial atención en la calidad de lo artesanal.