Cebolla de Palenzuela

Cebolla de Palenzuela

Uno de los productos hortícolas más tradicionales son las cebollas de verano-otoño, utilizadas tanto para el consumo doméstico cotidiano, como para la elaboración de las morcillas de cebolla típicamente palentinas. Obtenidas a partir de la propia semilla, conservada por los horticultores eligiendo los mejores bulbos, sembrada en semilleros protegidos al final del invierno, se trasplantan a lo largo de la primavera para disponer de cebollas durante el verano y el otoño, hasta la llega- da de las primeras heladas y el comienzo de las matanzas.

El gran tamaño del bulbo, de hasta 30 cm. de diámetro y 600-700 gramos de peso, permite un gran rendimiento al pelado y de aquí su evolución como cebolla matancera por excelencia. Pero el progresivo abandono de las matanzas domiciliarias y de la elaboración casera de morcillas, ha provocado el abandono del cultivo.

Sin embargo, su gran calidad con unas gruesas capas carnosas, muy jugosas, de un color blanco amarillento, con un sabor ligeramente dulce de una acusada suavidad al paladar, aconsejan su recuperación, caracterización y conservación, tarea que ha iniciado el Centro Tecnológico ITAGRA, para promover su cultivo.

Unos veinte agricultores de Palenzuela y pueblos limítrofes mantienen el cultivo de cebolla Horcal39, que han sabido conservar de padres a hijos, perfectamente adaptada a su territorio. Producen unas 10.000-12.000 toneladas de una gran calidad que son capaces de comercializar, manteniéndose año tras año, en un mercado tan difícil y oscuro como el de las hortícolas. Reúnen todas las condiciones para dominar el comercio de la cebolla, repitiendo el éxito de los productores segovianos y vallisoletanos del Carracillo, que dominan el mercado de la zanahoria, remolacha de mesa, puerro, maíz dulce, achicoria para endivia, etc. Pero su asociación no ha progresado ni sabido acoger a todos los productores y no ha conseguido comercializar unidos, seleccionar la variedad y tipificar el producto y transformarlo industrialmente (troceado y congelado o frito, en chips, etc.) para incorporar valor añadido, sobre todo a la cebolla de calidad mediocre y al destrío, que muchos años tienen que acabar tirando en cantidad que puede superar las 500 toneladas.

Se siembra en el mes de febrero, en la actualidad directamente en el terreno definitivo mediante sembradoras neumáticas de precisión, aunque aún queda algún agricultor que sigue sembrando en semillero, para trasplantar en mayo y junio y obtener una cebolla más tardía y de más larga conservación. Pero la mayoría de los jóvenes agricultores emplean equipos mecanizados, tanto en campo como en los procesos de limpieza, clasificación y ensacado en almacén. La cebolla se comercializa al detalle en sacos de malla de 25 kg o en palots y bigbag con destino a las industrias, desde el mes de agosto las más tempranas a 50 cts de euro/kg hasta el mes de noviembre a unos 30 cts de euro/kg, pudiendo prolongar la campaña un par de meses más tratándolas con hidracida maleica para inhibir su brotación.

Texto: Fernando Franco Jubete

‘Gastronomía de Palencia: Historia, alimentos y recetario’. Diputación de Palencia, 2017.

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